Sabemos que tenemos que tomar
mucha agua y más en verano por el riesgo de deshidratación...
Pero, ¿verdad que
existe un tabú en cuanto a beberla a la hora de la comida y mientras ingerimos
alimentos?.
Tomar agua durante la comida no
impide el proceso de digestión, no lo para ni lo ralentiza.
Si nos sentimos más pesados al
tomar agua con la comida es porque:
- el estómago se rellena de líquido y se desencadena antes la sensación de saciedad y
- porque se diluyen las enzimas digestivas. Es decir, el agua aumenta la cantidad de producto que hay en el estómago así que el estómago tendrá de aumentar la cantidad de enzimas digestivas que trabajen para degradar el alimento. Ellas son las que son las que al final, rompen y digieren el alimento. El estómago tardará más tiempo en volver a la cantidad adecuada de enzimas para trabajar la digestión. Pero esto no es malo.
Conclusión:
- Bebe agua siempre que puedas, es imprescindible y milagrosa para muchas dolencias.
- Bebela sea cual sea el momento. No hay "momento malo".
- Pruébala con hielo, sin hielo, con limón o infusión. Huye de refrescos, gas y azúcar.